CULTIVOS DE TEMPORADA

Otoño - Invierno

Maíz

El maíz representa una larga tradición en la cultura, no solo alimentaria, sino también económica y religiosa de los pueblos latinoamericanos en general y del mexicano en particular.

A nivel mundial, el maíz amarillo presenta el mayor porcentaje de superficie sembrada y volumen de producción, en contraste con México, donde el maíz blanco ocupa el primer lugar.

En México, es el cultivo nacional número uno en todos sus aspectos: producción, superficie sembrada y área cosechada. Se puede decir que se practica el cultivo de este cereal en todo el territorio nacional, ya que todas las entidades federativas en mayor o menor medida se dedican a la producción de este grano.

En nuestro país se utiliza un sistema de clasificación para la demanda de maíz, distinguiendo entre el maíz blanco y el maíz amarillo, y en lo que se refiere a las variedades que en la actualidad siembran los productores podemos mencionar: variedades criollas, mejoradas, sintéticas, híbridas, generaciones avanzadas de híbridos, criollos hibridados e híbridos naturales.

En nuestra patria se siembran tres clases de maíz de acuerdo al destino final que se les da:

El sistema agroindustrial del maíz en México incluye las siguientes clases de industrias:

Se están llevando a cabo muchos esfuerzos en materia de apoyo a la producción de maíz; uno de los más importantes y que afortunadamente se ha hecho de manera constante, es la inversión en la investigación, lo que ha dado como resultado incrementos en los rendimientos y la utilización de variedades para cada uno de los diferentes climas que existen en México. La identificación de suelos potenciales para el cultivo de este producto ha sido otro factor determinante en el desarrollo del maíz.

De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), el 54.5% del maíz blanco se produce en cuatro estados: Sinaloa, Jalisco, México y Michoacán y el 59% de la producción de maíces de otros colores se concentra en México y Chiapas.

Fuente: Revista Claridades Agropecuarias. ASERCA.

Cártamo

El cultivo de cártamo de forma comercial en nuestro país inicia a finales de los años cincuenta, en Sinaloa y Sonora, extendiéndose posteriormente a Tamaulipas. En el transcurso de los años sesenta, el cártamo fue producido en grandes cantidades, lo que contribuyó en gran medida al abastecimiento del mercado interno de aceites comestibles. En 1979 la producción de este cultivo alcanzó su mayor nivel.

El cártamo se convirtió en una buena opción de siembra para Sonora en el ciclo otoño-invierno debido a los siguientes factores:

El cultivo de cártamo se ha convertido en estratégico, sobre todo si se considera el factor agua con que cuenta la región, lo que permitiría aprovechar de manera racional el recurso. Según lo señalan productores, con la misma cantidad de agua utilizada por una hectárea de trigo, se puede cultivar en promedio el doble de la superficie de cártamo.

Es así que particularmente en el sur de Sonora, el cártamo es una alternativa viable, no solo por el impacto que pueda generar el valor de las exportaciones de aceite, sino también porque forma parte de un ejercicio serio de planeación agropecuaria, en que también deben tomarse en cuenta no solo los márgenes de ganancia, sino la disponibilidad de agua en la región, la necesidad de diversificar cultivos, la sanidad que se debe preservar al suelo y fortalecer la experiencia de la comercialización, disminuyendo los problemas que se presentan frecuentemente en este aspecto.

Hoy en día, su mayor valor es por el alto contenido de aceite que se encuentra en la semilla, el cual es muy demandado por la baja cantidad de colesterol liberado en los procesos de alimentación. Como subproducto de la extracción de aceite se obtiene la pasta, la cual se aprovecha en raciones alimenticias para ganado por su contenido de proteína.

Fuente: Revista Claridades Agropecuarias. ASERCA.

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